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El manejo de la información en tiempos modernos

Por: Blanca G. Navidad Echauri 


Estar informados de los acontecimientos que suceden en nuestro entorno y en otros ha sido una necesidad primordial del ser humano a través del tiempo. Desde la antigüedad, la forma de enterarse de lo que sucedía era asistiendo a la plaza pública a escuchar a una persona dar las últimas noticias, lo que podría suponer que era un medio muy limitado de información pero esta era la única forma de conocer de manera “oficial” los hechos que ocurrían en ese momento.

 

Durante mucho tiempo la información que se obtenía era muy limitada pues entraban también en juego los intereses religiosos de la época llegando incluso a prohibirse la divulgación de descubrimientos  tan importantes como es  la ciencia, y todavía hace aproximadamente 100 años o menos, podíamos disponer solamente de algunos libros, periódicos y revistas siendo ya en su mayoría de divulgación científica  y así, comenzaron también a gestarse las primeras estaciones de radio.  



Actualmente el acceso a  la información no representa un problema, pero  a la vez sí lo es, pues contrariamente a lo que sucedía en otros tiempos, ahora existe exceso de información  y junto con ella lo que hoy llamamos satisfacción inmediata, pues con la facilidad que nos ofrecen el informarnos a través de las redes sociales, podemos encontrar cualquier tipo de información a cualquier hora y en cualquier lugar, situación que ha rebasado a la humanidad, sobre todo en estos momentos atípicos de pandemia en donde circula todo tipo de noticia que influye muchas veces de manera negativa en nuestra vida personal y familiar. 


La infoxicación, término en español acuñado por Alfonso Varela en 2003, define a los efectos dañinos del  exceso de información como una intoxicación, pues muchas veces lo que vemos y leemos nos desinforma y manipula haciendo vulnerable a cualquier persona de padecer este mal.  


En los ambientes universitarios como el nuestro, proliferan los dispositivos electrónicos y con ellos la costumbre de estar permanentemente conectados afectando así a todas las generaciones, pues se tiene el hábito de reenviar falsa información creando un ambiente tóxico en la sociedad y una de las medidas que contribuyen a desinfoxicarnos  es revisar detenidamente las fuentes de información a las que dedicamos la mayor parte del día así como estar atentos al manejo del tiempo que pasamos en redes y medios, pues los algoritmos son capaces de engancharnos y mostrarnos una visión muy diferente a lo que vivimos en realidad. 



En estos tiempos de contingencia los gobiernos se encuentran ante varios retos y entre ellos está el de resarcir la desinformación y las falsas noticias que proliferan por todos lados. Por citar un ejemplo, tenemos a los países latinoamericanos que si bien tienen muchas similitudes y diferencias, comparten algo en común: la propagación del COVID-19, por lo que los medios del Grupo de Diarios América (GDA), han tratado de combatir las falsas noticias  que esta situación ha generado ya que ha puesto en riesgo a millones de personas volviéndose sumamente peligrosas creando el pánico entre la población donde han salido en masas a adquirir productos en grandes cantidades para sobrevivir la cuarentena, generando incluso un desbalance económico debido a que no se cuenta con un presupuesto dirigido a comprar grandes cantidades de víveres y artículos de primera necesidad, además del peligro de contagio que esto representa, tal como ha pasado en México y Puerto Rico siendo este último un ejemplo de difusión de falsas noticias, pues hace unas semanas, se hizo viral un audio en donde un pastor dijo a sus feligreses que tenía información sobre el cierre de todos los comercios incluidos aquellos que se dedican a las actividades de primera necesidad. El resultado de esto fue que la gente saliera de sus casas y abarrotara los supermercados de la región. Este evento provocó que las autoridades fincaran cargos contra el pastor responsable de difundir dicho audio. 


Este es tan solo un ejemplo de los efectos negativos  que puede provocar  el que la gente crea en la falsa información que hoy en día se riega como pólvora en nuestra sociedad. No terminamos el día sin que llegue a nuestras redes la recomendación del uso de remedios naturales o el uso de medicamentos ya existentes que supuestamente ayudan a evitar y combatir el COVID-19 o un audio donde algún vidente asegura conocer de esta pandemia desde hace mucho y nos alerte el futuro que se vislumbra cuando esto termine.  Por tal motivo, Google el buscador más importante de internet, se ha dado a la tarea de crear un nuevo soporte de verificación de hechos que se centran en la calidad y veracidad de la  información sobre esta contingencia encargándose también de que cuando esté ya verificada, sea la primera en darse a conocer en sus diferentes plataformas. 



Podemos concluir que si bien las falsas noticias se han encargado de crear pánico entre la gente y hacer más difícil la cuarentena, el panorama es poco alentador, pues estamos muy lejos de que se legisle un contexto informativo sano, siendo lo más prudente  tomar las medidas necesarias para evitar sobre saturarnos de noticias amarillistas y adiestrar a los más jóvenes a vivir, o mejor dicho sobrevivir, en un mundo de mucha información, motivándolos a investigar de manera adecuada las fuentes de las noticias que vayan a recibir en un futuro, pues un fenómeno que se está dando en este rango de población, es que sólo leen la nota de manera superficial y no van más allá de lo que ven. 












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