¡Feliz día del Maestro!

El Día del Maestro es una celebración muy importante en México, y se liga a eventos significativos en la historia cultural de occidente. La conmemoración del día 15 de mayo para festejar a la docencia mexicana se basa como raíz principal en la Toma de Querétaro (1867), y coincide con la cercanía del nacimiento (30 de abril –fecha en la cual muchos países del mundo festejan la docencia–) de San Juan Bautista de La Salle, a quien se le considera como el patrono universal de todos los educadores.

La imagen de los docentes en México se asocia a uno de los pilares sustanciales de toda sociedad moderna: la educación. Se respetan a los profesores por coadyuvar a la cultura, a la conciencia social, al crecimiento intelectual de los jóvenes y niños, a enaltecer la palabra escolarizada y, sobre todo, a ser la base esencial de la educación y del fortalecimiento de los sujetos en sociedad al facilitarles saberes y conocimientos fundamentales.

El profesor se ha vuelto clave en toda actividad letrada del mundo, pues es quien posibilitada trasmitir conocimientos y saberes de los pueblos a los noveles ciudadanos, y se interesa para que no se olviden los eventos significativos para la comunidad; es el actor de mayor impacto factual de saberes prácticos, teóricos, metodológicos, epistémicos y pedagógicos.

El profesor, maestro o docente como se le quiera llamar, durante sus clases facilita a los alumnos ciencias y palabras, conocimientos formales e informales. Las lecciones las vuelve actos donde la libre asociación del intelecto se materializa con el quehacer pedagógico: preguntar y responder, siendo el acto cognitivo fecundo de todo conocimiento ilustrado, pues somos seres que funcionamos por y para las tradiciones socioculturales cuando las honramos.

La labor de todo docente es un acto noble y trascendental, con el cual se legitima un ritual de cohesión y de génesis de conocimientos. El ejercicio intelectual del maestro le exige y le perfila necesidades y saberes, donde los alumno(a)s y las lecciones se liguen a reflexiones desde ese sustrato donde brota todo lenguaje, saber e interpretación.

El maestro es por tanto un constructor, un diseñador y un guía de sujetos interactuantes en múltiples contextos. Es el arquitecto de ideas, quien tiene el noble papel de provocar en los sujetos una sólida emancipación, debido a pensamientos acordes y coherentes a gustos por saber y a capacidades de preparación para echar en pie sistemas ideológicos adversos. Pero aquello que forma más al ser humano no son dichas edificaciones ideológicas, si no más bien la estimulación del libre albedrío; ello permitirá a los sujetos salvaguardarse.

Juan José Arreola, escritor jalisciense, expresó que los docentes son formadores de hombres y mujeres, y quienes siempre deben proponer: “la tarea más alta que es posible imaginar: intervenir en la formación de la conducta ajena mediante el ejemplo de la conducta propia” (1973, p. 122).

El amor al conocimiento por parte del profesor resulta ser la quintaesencia de su hacer. Es la energía que debe impulsar a acercarse al saber y desarrollar el lado más humano del hombre. Debe iniciar a los niños en las primeras letras, pues estos sujetos serán influenciados por un docente que los anime a interpretar sus mundos circundantes. Se deben privilegiar, entonces, conocimientos libres y emancipadores… Por tanto, tengan todos ustedes profesores un ¡Feliz Día del Maestro(a)!